Hace unos días llegó un libro a mis manos. El joder y la gloria se llama la novela, cuyo autor es el mismo del conocido "Gracia y el forastero" o del clásico liceano, "Adiós a Ruibarbo". Estoy hablando de Guillermo Blanco.
Periodista de la vieja guardia, Blanco se manda en esta historia con detalles de un canal de televisión "ficticio" en el que los personajes son los responsables de (des) informar a los ciudadanos (?). En efecto, aunque el país y el departamento de prensa que el autor presenta no son reales, tienen una sospechosa similitud con el mundo de los medios de comunicación chilenos.
Para que se hagan una idea, a continuación les presento un extracto del libro:
En una reunión de pauta
-¿Qué noticias hay? - dijo en tono jefático.
Noticias se refería, obviamente, a lo que pasaba, había pasado, estaba por pasar o dejaba de pasar en el deporte.
Es decir, en el fútbol.
Es decir II: había sí-noticias, no-tan-noticias y no-noticias.
Sí-noticias era que se jugó el partido previsto entre Pataguas S.A. y Comercial Chamullos. Se decía quíén ganó, por cunántos goles (cada uno repetido en imagen hasta que al amnésico espectador se le grabara en la memoria), qué opinó cada muchacho al entrar y al salir a la cancha, en los camarines... Recados a sus familias, sus pueblos, sus barrios...Recados de sus familias, sus pueblos, barrios, para "nuestro ídolo que se la jugó por la camiseta..." La camiseta con un logo de una cerveza u otro emblema deportivo.
Esas cuñas constituían la sub-sección Impresiones, donde se contestaba a preguntas tan incisivas como:
-¿Y qué se siente yendo con la pelota hasta el arco y desviándola en última instancia?
O bien:
- Si el equipo contrario no hubiera metido los tres últimos goles, ¿ustedes habrían tenido la oportunidad de equiparar el marcador en caso de que el arbitro hubiera expulsado a Bostaverdi?
(...) comentarios de gente concocida que fue al estadio. De policías heridos o contusos por el entusiasmo de las Barras Brutas. Protestas de juntas de vecinos por las viviendas que demolió el fervor deportivo. Réplica de un vocero de de la federación, que sólo respondía de "lo ocurrido al interior del estadio"...
Para muchos de mis colegas esto puede parecer una caricatura, pero para mí es la triste realidad. Los "Tonticiarios" nos tienen imbéciles. Y nosotros, los señores periodistas, no hemos sido capaces de ponernos los pantalones frente a las ideas de los "ingenierillos" que deciden finalmente, qué es lo que vende y qué es lo que no. Se nos olvidan las clases de ética, pero lo peor de todo es que nuestro estilo de hacer periodismo es "mamón" y altamente estructurado.
¿Quién dicta que las notas deben ser de un minuto en tv? o ¿quién dice que los noticieros televisivos deben durar una hora? Sobre todo en verano, sobre todo en febrero, mes estéril para efectos noticiosos (prefiero llamarlo el mes notiocioso).
Soy testigo que durante el año los periodistas de los departamentos de prensa de tv no ejecutan la sana acción de la investigación, para llegar a la época estival con reportajes interesantes y así suplir o complementar la falta de eventos noticiosos. Esto a diferencia de los colegas de radio y prensa escrita. Más aún, con temas investigados que sean de real interés público y no con esas denuncias casuísticas sobre rinoplastías mal efectuadas, o siliconas que se deforman en las tetas de alguna cuica superficial.
Quién habla de la contaminación de los ríos, de la deforestación y la erosión en la cordillera de nahuelbuta, de los abusos de poder de los señores jueces de la república, de los minerales que se sacan de Chile sin pagarle un puto peso al fisco, de las campañas de las tabacaleras en aras de captar fumadores infantiles.
Señores periodistas, seámoslo, dejemos de tener miedo alguna vez.
Periodista de la vieja guardia, Blanco se manda en esta historia con detalles de un canal de televisión "ficticio" en el que los personajes son los responsables de (des) informar a los ciudadanos (?). En efecto, aunque el país y el departamento de prensa que el autor presenta no son reales, tienen una sospechosa similitud con el mundo de los medios de comunicación chilenos.
Para que se hagan una idea, a continuación les presento un extracto del libro:
En una reunión de pauta
-¿Qué noticias hay? - dijo en tono jefático.
Noticias se refería, obviamente, a lo que pasaba, había pasado, estaba por pasar o dejaba de pasar en el deporte.
Es decir, en el fútbol.
Es decir II: había sí-noticias, no-tan-noticias y no-noticias.
Sí-noticias era que se jugó el partido previsto entre Pataguas S.A. y Comercial Chamullos. Se decía quíén ganó, por cunántos goles (cada uno repetido en imagen hasta que al amnésico espectador se le grabara en la memoria), qué opinó cada muchacho al entrar y al salir a la cancha, en los camarines... Recados a sus familias, sus pueblos, sus barrios...Recados de sus familias, sus pueblos, barrios, para "nuestro ídolo que se la jugó por la camiseta..." La camiseta con un logo de una cerveza u otro emblema deportivo.
Esas cuñas constituían la sub-sección Impresiones, donde se contestaba a preguntas tan incisivas como:
-¿Y qué se siente yendo con la pelota hasta el arco y desviándola en última instancia?
O bien:
- Si el equipo contrario no hubiera metido los tres últimos goles, ¿ustedes habrían tenido la oportunidad de equiparar el marcador en caso de que el arbitro hubiera expulsado a Bostaverdi?
(...) comentarios de gente concocida que fue al estadio. De policías heridos o contusos por el entusiasmo de las Barras Brutas. Protestas de juntas de vecinos por las viviendas que demolió el fervor deportivo. Réplica de un vocero de de la federación, que sólo respondía de "lo ocurrido al interior del estadio"...
Para muchos de mis colegas esto puede parecer una caricatura, pero para mí es la triste realidad. Los "Tonticiarios" nos tienen imbéciles. Y nosotros, los señores periodistas, no hemos sido capaces de ponernos los pantalones frente a las ideas de los "ingenierillos" que deciden finalmente, qué es lo que vende y qué es lo que no. Se nos olvidan las clases de ética, pero lo peor de todo es que nuestro estilo de hacer periodismo es "mamón" y altamente estructurado.
¿Quién dicta que las notas deben ser de un minuto en tv? o ¿quién dice que los noticieros televisivos deben durar una hora? Sobre todo en verano, sobre todo en febrero, mes estéril para efectos noticiosos (prefiero llamarlo el mes notiocioso).
Soy testigo que durante el año los periodistas de los departamentos de prensa de tv no ejecutan la sana acción de la investigación, para llegar a la época estival con reportajes interesantes y así suplir o complementar la falta de eventos noticiosos. Esto a diferencia de los colegas de radio y prensa escrita. Más aún, con temas investigados que sean de real interés público y no con esas denuncias casuísticas sobre rinoplastías mal efectuadas, o siliconas que se deforman en las tetas de alguna cuica superficial.
Quién habla de la contaminación de los ríos, de la deforestación y la erosión en la cordillera de nahuelbuta, de los abusos de poder de los señores jueces de la república, de los minerales que se sacan de Chile sin pagarle un puto peso al fisco, de las campañas de las tabacaleras en aras de captar fumadores infantiles.
Señores periodistas, seámoslo, dejemos de tener miedo alguna vez.
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