La tarde estuvo tan negra como la noche precedente. La tristesa ronda mi cabeza intentando matarme. Aún puedo ver sus ojos llenos de lágrimas y escuchar su dulce voz tratando de evitar mi desafección; transformándose al mismo tiempo en un enorme martillo ensangrentado por mi alma. La palabra "perdón" se hace un espacio a cada rato en mi lengua, y no puedo dejar de susurrarla cada vez que la recuerdo.
Sé que estoy en lo correcto al hacer esto, espero que ella lo entienda alguna vez. Espero que entienda que no mentí al ofrecerle mi corazón y mis caricias...
¡Qué agotador es esto!
Publicadas por
GACH
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