Las cosas están pasando en el mundo. La liberación inminente de tres rehenes de las FARC, la muerte de Benazir Buttho en Pakistán, el hambre en las fabelas de Brasil (no solamente allí), Wladimir Putin le compra un GPS a su perra, Zaldívar es expulsado de la Democracia Cristiana, Cristo está en la ruta de regreso (dicen los apocalípticos), el pasto que sembré en la casa de mi amigo se abre paso en pleno verano, ella sufre un rompimiento con su novio al que considera su esposo sin que lo sea y yo miro todo desde un palco, un palco en el que parece que nada ocurre, en el que deseo que las cosas pasen lo más rápido posible, esperando mi turno, mi maldito e impuntual turno para entrar en escena.
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