VUELTA POR EL UNIVERSO

Pasar por las orillas de la inmensidad sin nada que decir es negarnos que vinimos por algo.


Hace unos días leí en el blog de Daniela, una desconocida y notable escritora dueña de otro blog, que le encantaría estar Brasil o en Cuba ( a propósito de sus músicos).
El punto es que probablemente, de alguna manera, ella comience muy pronto a sentirse más cerca de esos lugares. Y digo, acá mismo en Conce. Lamentablemente Daniela, no en el aspecto que, infiero, te gustaría estar más cerca, sino en otra cosa que aparece como deplorable.

Me explico.

La moda la comenzó el Mall Plaza del Trébol. De ellos era bastante esperable.Luego, la continuó el Superhipermegamonopolizador Líder y me daba igual. Pero cuando avenida Los Carrera se sumó a esta idiotez, me dió mucha rabia. Y ahora son los señoritos arquitectos de esta ciudad, los que están cayendo en la última imbecilidad de moda. PONER PALMERAS EN VEZ DE ÁRBOLES AUTÓCTONOS!!!.

Tratando de buscar explicación a esto, consulté a mi hermano que es Técnico Agrícola y algo de estas cosas sabe. Me dijo que es porque las palmeras son fáciles de transplantar en su estado adulto y porque además requieren de poco cuidado. O sea, en términos simples, estan colocando estos arbolitos porque no es necesario esperar una o dos décadas para verlos grandes y porque, como no botan hojas en otoño, no hay que andar barriendo.

En definitiva, una vez más, nuestro concepto del tiempo nos muerde los pies y el de la comodidad, nos muerde el poto y juntos hacen que dejemos de lado las cosas escenciales. Ver crecer un árbol a lo largo de nuestras vidas o maravillarse ante el cambio de color de los mismos a lo largo del año son cosas sustituibles en post de hacer otras imbecilidades como recibir correos electrónicos en los bolsillos, para supuestamente ser más libres, ja.

En todo caso, después de escuchar bombardeos habituales en los medios de comunicación unilaterales, de campañas acerca de "cuidemos los bosques que dan vida y trabajo a nuestra gente", me queda claro que en vez de crecer la conciencia de cuidar nuestro ambiente, en el fondo está creciendo el bolsillo de los dueños de las empresas forestales en detrimento de la selva de Nahuelbuta. Recuerden que un centenar de eucaliptus o un millar de pinos, no son bosque, son plantación y dañan el ecosistema, erosionan y para plantarlos hay que talar bosques milenarios con una rica fauna en el interior.

Así es que, una colilla mal apagada en una de estas plantaciones, no es tan malo como dicen. jeje.

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